Antonio H. Pelaez: Vamos a empezar la entrevista, si puedes por favor decir su nombre y dónde vives ahora mismo.

Antonio G. Pelaez: Antonio Pelaez y vivo en New Brunswick, New Jersey.

AHP: Okay, perfecto. Um voy a empezar primero nomás preguntaré sobre su niñez. Uh, ¿dónde nació?

AGP: En México.

AHP: ¿En qué parte de México?

AGP: Guerrero, Estado de Guerrero.

AHP: ¿Sus padres cómo se llaman?

AGP: Mi padre se llama Honorio Pelaez y mi madre Rafaela Nava.

AHP: ¿Tenías hermanos?

AGP: Sí, tengo 25 hermanos por parte de padre y 8 hermanos de papá y mamá.

AHP: ¿Y de esos 8 como se llaman?

[Breve pausa]

AGP: ¿Tengo que decir todos los nombres? It’s too many, no?

[Riendo, Laughter]

AHP: Okay. Y en México, ¿cómo fue tu niñez? ¿Cómo fue un día regular?

AGP: Yo tuve una niñez, uh podemos decir buena. Yo siempre tuve unos padres que me quisieron mucho. Fui a la escuela, estudié hasta el primer grado de secundaria. Eh, pero de ahí, este, como tenía hermanos que ya vivían en este país, siempre tuve la inquietud de venir — de venir a conocer. Y de un momento a otro, decidí dejar la escuela y emigrar. Y en el año 90.

AHP: ¿Cuántos años tenías cuando —?

AGP: Eh, tenía 14 años.

AHP: ¿Y cuáles de tus hermanos ya estaban aquí?

AGP: Uh tenía cuatro de mis hermanos viviendo acá. Yo llegué a casa de uno de ellos y de ahí empezó mi aventura en este país.

AHP: ¿Y tenías el “chance” de ir a la escuela o tenías que empezar a trabajar?

AGP: Nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela aquí. Tuve que trabajar llegando. Eh, me hubiese gustado haber estudiado, pero no se me dio la oportunidad. Empecé a trabajar.

AHP: Y eh ¿llegaste aquí a Nueva Jersey cuando viniste a este país?

AGP: Si, llegué a Newark y ahí viví.

AHP: Y cuando llegaste... cuando por fin tus pies llegaron a esta tierra ¿qué pensaste? ¿Qué eran los primeros pensamientos cuando viste a Newark?

AGP: Ah, bueno yo en mi mente tuve o tenía venir por 3 años, regresar a México, porque realmente los primeros días no me gustaba. No me gustó—gustaba el clima, pero pues me acostumbre y aquí estoy después de tantos años.

AHP: So, ¿sí querías regresar después de 3 años?

AGP: Sí.

AHP: Y comparando Newark con el Estado de Guerrero, ¿era diferente, no había nada similar cierto?

AGP: No, no Guerrero es, en esos años era un estado muy tranquilo para vivir. No se comparaba en nada. New Jersey es un estado pequeño pero muy grande en sí—

AHP: No, estas bien.

AGP: So, me gustó. Me gustó. Me gustó empezar a trabajar. Quise — siempre tuve sueños de superarme, de aprender cosas nuevas todo el tiempo y aquí estoy.

AHP: ¿Si tuvieras la oportunidad de ir a la escuela aquí, hubieras seguido y quizás agarrar una carrera profesional?

AGP: Sí, si hubiera tenido la oportunidad sí; me hubiese gustado.

AHP: ¿Cómo hacer qué?

AGP: Mis sueños siempre eran... si hubiese tenido la oportunidad, hubiese sido piloto. Piloto de avión, me hubiese gustado mucho pilotear un avión.

AHP: Y estando en Newark ¿cuáles fueron los tipos de trabajo que te llegaron más fácil?

AGP: Bueno, yo por tener—ser menor de edad, eh, me ofrecieron unos cuantos días trabajando en un restaurant… un restaurant grande y de lavar platos. Y solamente trabajé una semana porque no, no me gusto lavar tantas ollas que me hicieron lavar. Y el patrón se portó muy bien conmigo; me dijo que si quería me ponía como busboy y ahí empecé trabajar como busboy.

AHP: ¿Y este restaurant cómo se llama?

[El entrevistado mueve la cabeza señalando que no]

AHP: ¿No? No, se preocupe si no sabe. Siendo busboy, ¿qué tanto tiempo duro en eso?

AGP: Busboy tardé como dos años porque claro el idioma era diferente. Pero aprendí un poco, lo básico: lo que se ocupaba para ser busboy, para llevar el pan con mantequilla, el vaso de agua, preguntar si querían más bebidas y ahí empecé. Después fui a lo que los restaurantes españoles le llaman “sobremesa”, que es el que lleva la—los cafés, el que lleva el postre, el que levanta la mesa. Básicamente el que hace todo el trabajo y el mesero simplemente coge la orden.

AHP: ¿Y fue fácil aprender el inglés o tuvo mucha dificultad?

AGP: No, claro es difícil, pero poco a poco.

AHP: Y empezando en este restaurant, ¿viste gente como tú? ¿Mexicanos que apenas están llegando, con esa misma idea de que vienen aquí a trabajar y quizás regresarán o empezar una nueva vida acá?

AGP: Sí, vi muchos. Trabajé con muchos que eran de Puebla, de un estado de México. Y sí, todo mundo tenía esa idea de un día regresar a México, pero pues al final todos nos quedamos porque todos estamos acá.

AHP: ¿Te sentías bien estando con gente que— de tu país que conoces y no quizás... quizás una persona blanca o que te trataría diferente porque eres de otro país y no hables el idioma?

AGP: Eh, no. Yo tuve mucha suerte. Yo conocí muchos españoles en el lugar donde yo trabajaba que me ayudaron, que me enseñaron muchas cosas, que me enseñaron a ser una persona de bien porque yo era como le puedo repetir, yo era muy joven de edad. Me trataban como un hijo, no me trataban como un compañero de trabajo, si no siempre se referían a mí como, “rapazito,” lo que ellos le llamaban, que es como alguien pequeño, un chamaco, un niño. Y aprendí y me enseñaron mucho.

AHP: Después de siendo “sobremesa,” ¿qué fue el segundo paso?

AGP: Yo aprendí a ser bartender. Mi otro paso fue ser bartender, ser mesero, ser— y ahí.

AHP: Y en ese tiempo, esos años que estabas haciendo ese trabajo, ¿has regresado a México?

AGP: Sí, he regresado. Fui muchas veces a México, porque antes era muy fácil ir y volver. Ahora, por supuesto no, pero sí, fui muchas veces a México. Tuve la oportunidad de regresar a México, abrir un negocio en México y desgraciadamente me fue mal. Tuve que regresar otra vez a Estados Unidos.

AHP: ¿Y ese negocio que fue?

AGP: Era un nightclub.

AHP: ¿Y cuántos años duró eso?

AGP: El nightclub me duró aproximadamente unos 9 meses. Yo era muy joven; tenía 18 años cuando empecé. Mi vida, o mis pensamientos en ese tiempo no era lo de un hombre de negocios, si no, más lo tomé como diversión. Entonces derroche lo que me ganaba.

AHP: ¿Si hubieras tenido lo que sabes ahora, abrirías uno ahora? Con lo que ya aprendiste y lo que ya sabes del negocio, no solo en comida si no lo poco que aprendiste en esa experiencia... ¿Continuarías abrir uno nuevo?

AGP: Sí, mis sueños son eso, tener un día mi propio negocio. Claro que abriría otro nuevo, tal vez no un night club pero sí un “restaurant.”

AHP: Siendo tan joven en esta industria que a veces, la gente ven, y ven que es bien fuerte y duro y siempre andan en sus pies o a veces ven los programas de tele y ven que los tratan mal, ¿tenías cualquier problema como así? ¿Como una experiencia mala o malas influencias?

AGP: Bueno no, no tal vez una mala experiencia sí—-o, pero tuve algo que aprendí mucho cuando yo dejé de ser bartender. Después de ganar muy buen dinero, yo me caso. Fui a México, me casé, volví y cuando llegué acá, ya no quise volver a ser bartender porque era un trabajo que me ocupaba todo la noche y claro uno recién casado quiere estar junto con su pareja. Entonces, hubo la oportunidad de ir a aprender en un diner, lo que es la comida americana, en un diner. Y me llevaron igual a lavar platos. Entonces solamente trabajé 2-3 horas y le dije al dueño que no, que no era trabajo para mi lavar platos. Me dijo que si yo quería aprender a cocinar, a ser cocinero, él me daba la oportunidad de aprender, pero tenía que trabajar un mes sin sueldo. Un mes. Y claro le dije que “sí” porque yo quería aprender, quería superarme, y le trabajé un mes sin coger un peso de pago.

AHP: ¿Te recuerdas el nombre de este diner?

AGP: Sí, ese diner se llamaba “Country Stop Kitchen.” Hace años que lo cerraron, porque lo vendieron y la persona que lo compró se fue a bancarrota. Pero yo aprendí. Yo le agradezco claro que en ese tiempo, pues fue difícil porque yo estaba recién casado, no cobrar ni un peso, porque mi mujer estaba esperando un hijo. Pero, aprendí, y de ahí soy cocinero, y ahora soy chef.

AHP: ¿Y en qué año se casó?

AGP: Yo me case en el 99.

AHP: ¿Y su esposa como se llama?

AGP: Ana Castellanos.

AHP: ¿Se casaron en México o acá?

AGP: En México.

AHP: ¿Y allá se conocieron igual?

AGP: Sí, en México.

AHP: Después de ese diner, ¿dónde fue el próximo paso? Que— con la situación en casa, sin poder ganar un sueldo al principio y después de eso ¿cuál era el próximo paso?

AGP: Bueno, yo— fíjate cuando yo estaba trabajando sin cobrar un peso yo estuve viviendo en casa de un hermano que me estuvo ayudando, mientras yo podía pagar un apartamento. Aprendí— yo hablé con los—con el dueño de ese diner, que—donde aprendí y pues le dije que sí—que era justo de que me pagara un poco más porque, después de que yo aprendí, después de ese mes el me daba $400 a la semana. Entonces, se me hacía un poco injusto porque yo les hacía de todo y me aumento a $500. Ya después yo pude pagar un apartamento y me mudé con mi mujer y ya entonces ya estaba mi hijo.

AHP: ¿Y su hijo como se llama?

AGP: Antonio.

AHP: Y empezando—so ¿en esta época dónde están viviendo?

AGP: En Jackson, New Jersey.

AHP: Okay.

AHP: [Pensando en voz alta] Y—deja ver. So—me gustaría regresar cuando llegaste a este país, ¿qué era un día regular para ti? ¿Qué era lo que hacías?

AGP: Bueno, cuando—cuando yo llegué acá, es difícil porque uno no, no puede salir. Todas las casas se les parecen igual, todas las casas son las mismas. Trabajaba, llegaba a casa a dormir. Realmente, al otro día otra vez a trabajar. Muy poco salías hasta después que me mudé a vivir solo porque nunca me gustó vivir con alguien más, con mis hermanos porque eran muy estrictos. No podía recibir ni llamadas entonces decidí irme a vivir solo, a rentar un cuarto y pagar yo mis propios “biles.”

AHP: Y cuántos años tenías cuando empezaste a vivir solo.

AGP: Tan pronto llegué aquí, después de 3 meses que llegue a este país.

AHP: So—14 años?

AGP: Fourteen years old, sí.

AHP: ¿Y viviendo solo en un país grande como se siente? Que—¿tenías miedo? ¿Tenias—?

AGP: No. No, miedo. Yo siempre he confiado en que hay un Dios, no importa que tan difícil sea la vida siempre hay una esperanza. Yo siempre—me ha gustado tener o ganarme mi dinero, mi—para solventar mis gastos. Entonces para mí fue algo—algo sencillo vivir, trabajar. Tenía una persona que me limpiaba el cuarto, que me aseaba la ropa, entonces yo no—no sufría por eso. Desgraciadamente a veces uno no sabe valorar las cosas.

AHP: Y—¿te recuerdas los nombres de las personas que te ayudaron esa época?

AGP: Hace ya muchos años que no tengo comunicaciones con ellos, pero los nombres no me recuerdo muy bien.

AHP: ¿Pero ellos son alguien que dirías que te ayudaron en esta—esta aventura que has vivido?

AGP: Sí, mucho.

AHP: Y estando en esta industria, ya después de haciendo básicamente todo los trabajos y ahora eres cocinero—-¿qué te ha enseñado?

AGP: Bueno, eh, he conocido de todo. Sé lo que es una bebida en esta industria. Sé lo que es hacer una bebida. Sé lo que es hacer una comida. Sé lo que es hacer una salsa, te sé hacer de todo. Entonces a mí eso me fascina. Especialmente cuando veo que un cliente se levanta de la mesa y te ve y te dice, “gracias, lo que preparaste me gusto” o “estoy muy contento con lo que he comido.”

AHP: So, ¿eso es lo que te motiva más?

AGP: Sí.

AHP: Y ¿sientes que no solo te ha ayudado en comida, pero quizás te ha ayudado en otra cosa? Personal—

AGP: Bueno mis—yeah— mi sistema de vida, mi—me, me ha cambiado. Me gusta lo que hago, me gusta vivir bien, tratar de vivir lo más cómodo que se pueda.

AHP: ¿Y después de Jackson, dónde viviste?

AGP: Después de Jackson, yo me volví a mudar a Newark. Viví un tiempo en Newark. Después, estuve viviendo en Elizabeth por unos cuantos años, pero me mudé a New Brunswick y ahí estoy.

AHP: ¿Te sientes cómodo aquí?

AGP: Sí, me siento—me siento bien. La zona donde yo vivo es tranquila para vivir. Entonces no tengo—no tengo ese problema de que me preocupe por las pandillas o por lo que haya en el centro de New Brunswick. Entonces yo vivo tranquilo. Además, soy una persona del trabajo a la casa, no soy una persona que anda en los “barres” o por ahí de noche. So, yo vivo bien.

AHP: Y tus hijos, ¿tienes uno? ¿Tienes dos? ¿Cuántos...?

AGP: No, tengo dos hijas — ah, dos hijos. Un hombre y una niña.

AHP: ¿Y la niña cómo se llama?

AGP: Mia. Ella tiene 5 años. Va a la escuela, es una niña muy—muy linda.

AHP: En tu tiempo en este país, ¿qué sientes que ha sido tu obstáculo más grande?

AGP: Desgraciadamente cuando mi padre falleció, yo no tuve la oportunidad de ir por lo mismo. Por—porque pues no se puede. Tuve que llorarle desde lejos porque no pude estar con él.

AHP: ¿Y esto fue cuando trabajabas en Jackson? ¿En Newark?

AGP: No, eso fue cuando yo vivía en Elizabeth.

AHP: ¿Elizabeth?

AGP: Sí.

AHP: ¿Y te recuerdas del último año que regresaste a México?

AGP: Sí, fue en el 99.

AHP: ¿Ya estando aquí en este país por tantos años, todavía tienes aspiraciones de regresar?

AGP: Sí, regresar tal vez cuando yo esté—a terminar mi vejez, después que me retire. Me gustaría regresar a México. La vida de México es más tranquila, me gustaría volver allá. Ya que mis hijos están realizados, que tengan ellos todo lo que yo no pude tener. ¿Por qué no? Claro que sí me gustaría regresar a México.

AHP: ¿Y en México, regresarías al Estado de Guerrero? ¿O tienes un lugar específico donde te gustaría ir?

AGP: No, me gustaría regresar a Guerrero.

AHP: ¿Y fueras a abrir un negocio allá o te gustaría hacer un negocio aquí?

AGP: Un negocio aquí. Me gustaría regresar un poco—o ayudar a otras personas como me ayudaron a mí. Me gustaría tener mi propio negocio y darle empleo.

AHP: Teniendo todas estas experiencias, viniendo a una edad tan—tan joven como dijiste ¿qué sientes cuando ves a alguien en tu trabajo ahora quizás y ves—te ves a tí a veces? Alguien como un joven o algo—una persona casi cerca de tu edad. ¿Sientes que ha sido una mejor experiencia en lo que has llegado ahora o quizás es una de esas experiencias que no mucha gente tiene? Como—

AGP: Bueno, cuando yo llegué a este país, la economía estaba muy bien. Yo me acuerdo que en los restaurantes donde uno trabajaba, uno no paraba desde que entraba hasta que salía. Era gente todo el tiempo, eso ha cambiado. Entonces hoy es—la tanta variedad de comidas que hay—el mercado que hay, sí, se ve la diferencia en cuando alguien nuevo llega. Y ahorita la tecnología es lo que está—está de moda, está, todo mundo anda con sus teléfonos. No se preocupan por el trabajo. Entonces eso es lo que se está viviendo en los restaurantes o lo que se vive en la industria

AHP: ¿Tú crees que esta industria seguiría? ¿Decimos en unos 10-20 años con toda la innovación que está pasando ahora?

AGP: No, realmente yo lo que veo es en que—por ejemplo— en el que estoy ahora que son los diners, no le veo más de tal vez 10 años. Van a desaparecer por las franquicias que están sacando, todos los restaurantes que están viniendo, las nuevas compañías que están invirtiendo en ese tipo de mercado, que siempre por la promoción que hacen o por el dinero que tienen. Es demasiado la promoción que le dan, entonces la gente prefiere ir a las cadenas de restaurantes en vez de ir a comer a un restaurant pequeño donde se puede comer hasta mejor. Pero prefieren ir a las cadenas.

AHP: Y, ya pensando en esto y pensando que esto será el futuro—¿no te da quizás miedo si abrieras un negocio?

AGP: No, porque yo no—mi anhelo no es abrir un gran diner o un gran restaurant. Mi anhelo es algo pequeño, algo para que la gente cuando vayan lo disfruten, lo que yo hago. No es por nada pero me gusta ser detalloso. Me gusta hacer que mis platos salgan sabrosos y que salgan bonitos.

AHP: Cuando fuiste niño caminando por las calles del Estado de Guerrero, ¿pensarías un día que hubieras manejado el carro qué traes o viviendo en este país?

AGP: No, no, pero tal vez si me hubiera quedado en México también, me entiendes. Hubiese ido a la escuela, hubiese estudiado, tal vez si—si no se hubiera dado la oportunidad de venir acá, hubiese hecho cualquier otra cosa en México. Seguramente no en este—en lo que estoy ahora, pero, pero si hubiese hecho algo.

AHP: Cuando llegaste a Newark, había— ¿viviste en una comunidad donde había gente de México o?

AGP: No, la comunidad donde—la que yo vivía es brasileña, portuguesa, o portuguesa brasileña. Es en Ferry Street. Donde se vivía muy tranquilo en esos años, uno podía caminar a las 3-4 de la mañana por la calle de la Ferry y no te pasaba nada. No había tanta criminalidad como ahora me imagino, pero—era muy tranquilo para vivir. Siempre encontraba uno alguien que fuera de México, alguien que hablara español y sí, vivía bien.

AHP: So, ¿nunca te sentiste solo?

AGP: No, nunca me sentí solo. Siempre conté con gente que—que me hecho la mano, que me apoyo, que siempre estaba para platicar aunque sea conmigo.

AHP: ¿Y teniendo esto en mente, me gustaría nomas preguntar cuáles eran las observaciones que ves ahora? Quizás si han cambiado—sobre las comunidades de inmigrantes.

AGP: Si, es mucho o es grande el impacto que tenemos los latinos en—en todo el estado de New Jersey porque ahora al pueblo que vayas, tu vez un restaurant mexicano. Tú ves una tienda mexicana. Tú ves un restaurant colombiano. Tú ves un restaurant peruano, o una tienda peruana, o lo que sea. Siempre ves gente que habla español en cualquier tienda, a la tienda que vayas. Entonces, los latinos estamos muy—muy presente ahorita en el estado de New Jersey, algo que en los 90s no se veía. Por ejemplo, ibas a un pueblo y—y no veías a un hispano. Ahora los ves en todos lados. Es algo, para mí yo me imagino que es algo bueno porque uno ayuda mucho en la economía del estado. Uno aporta demasiado a este país, entonces es bueno, siempre y cuando uno no se—no haga nada malo. Yo creo que no hay por qué asustarse o. . .

[Riendo]

AHP: ¿Y, tú cómo te sientes? En—en pensando en todo, ¿si fueras a ver tu vida como una película, que—qué pensarías?

AGP: No sé, me gustaría verme—como que he sido una persona que se ha aportado—al estado—una persona que ha sido una persona de bien. No me meto con nadie, no—no tengo problemas con nadie, no busco problemas. Entonces me gustaría—en ese sentido.

AHP: Entiendo que dijiste que—cuando tu padre falleció tenías que llorar de lejos. Tú sientes que siendo alguien que no podía regresar—como millones de personas en este—no solo en este estado, si no en el país igual, que tienen esas cosas que les han pasado. ¿Como—como te sientes? ¿Cómo?

AGP: Bueno—ojalá y pudieran arreglar el estado de tantos que estamos en estas condiciones, porque realmente—sí, sí ayudamos al país. Sí ayudamos a la economía. Sí aportamos al país. Año con año, pagamos taxes, y estamos aquí pagando seguro, pagando renta, pagando de todo. Entonces yo creo que deberían sacarnos de las sombras.

AHP: ¿Te afectó la pérdida de tu padre?

AGP: Sí, mucho. Por el sentido que no pude despedirme de él en el sentido que no pude verlo por última vez. Siempre un padre es un padre—no, no hay nadie que lo—substituye.

AHP: ¿Qué sería algo que te gustaría saber cuando llegaste?

AGP: ¿Cuándo llegue dónde?

AHP: A este país.

AGP: Lo más importante, me hubiese gustado saber el idioma. Fue algo difícil, pero yo creo que eso hubiese sido lo más importante.

AHP: Y—Si—so, yo entiendo que querías ser piloto y a ver que estás haciendo esto—¿cómo llegaste a los dos? ¿Cómo llegas de cocinero a piloto? ¿Qué. . . ?

AGP: [Riendo] Bueno es—sería algo, algo muy extraordinario que pasara, o ¿me entiendes? Ahora de cambiar de chef a piloto, pero en sí mi mente, siempre era—eso era mis sueños, algún día, si hubiera tenido la oportunidad, yo creo que esa carrera hubiera sido muy—muy satisfactoria por el sentido de que, viajas por el mundo entero. Entonces—a mí siempre me, me ha gustado o me gustaba volar, ir, salir. Ahora claro no lo puedo hacer, pero antes en—yo iba a México cada 6 meses, cada año. Me gustaba. Si hubiera tenido la oportunidad hubiera sido eso, hubiera recorrido el mundo entero.

AHP: ¿Crees que tú viniendo acá fue lo que te motivo, quizás a hacer eso?

AGP: Ehh.

AHP: ¿La aventura de venir, el paseo?

AGP: Tal vez sí, más que—por que realmente yo en México, la familia de la que vengo, no es una familia que—que, no somos, no éramos millonarios, pero tampoco éramos — me entiendes. Éramos de familia — uh, media. Tenía—si hubiese tenido la oportunidad de—o si yo hubiese querido—si me hubiese enfocado más en los estudios—lo hubiera hecho porque mi padre me lo decía, “no vayas a los Estados Unidos, yo te doy el estudio. Quédate, te compro un carro, quédate.” Pero—la adrenalina de venir de—porque todo el mundo llegaba y contaban y decían "oh Estados Unidos, Estados Unidos, el norte, vámonos pal norte." La inquietud. El venir, la aventura, de venir y acá estoy.

AHP: Entiendo que no has visto—no tuviste la oportunidad de despedirte de tu padre pero has—¿estás todavía con comunicación con tu madre?

AGP: Sí, yo le llamo cada vez que puedo. Cada—de vez en cuando. Le doy gracias a Dios que aún me la tiene con vida y ojalá la pueda volver a ver.

AHP: ¿Y—tienes algo que te gustaría decir... por el archivo? Tienes algo que te gustaría—

AGP: Eh.

AHP: ¿De valor? ¿O qué ha sido algo memorable en tus años aquí?

AGP: Bueno la oportunidad de lograr todo lo que tú quieras—en este país, es un país de oportunidades. Tú puedes hacer mil cosas—siempre y cuando seas responsable con lo que haces. Es lo bonito de este país.

AHP: ¿Sientes que has logrado todas las metas que has tenido o...?

AGP: Bueno, me he dado los lujos que he querido. He comprado los carros que he querido. Los he tenido, aunque muchas veces— me he dado los lujos. Y— he tenido la oportunidad de tener mis cosas.

AHP: ¿Y, no hay nada más que te gustaría decir o quizás—un tip [riendo] para alguien quizás están—?

AGP: Bueno, realmente no. Si yo fuese a un país, por ejemplo, y quiera regresar a México, yo le dijera a la gente que realmente américa no es—no es como lo pintan. Claro aquí, se tiene de todas las oportunidades, te dan todas las oportunidades, pero—en los países de uno también se puede hacer. También puedes ir a la escuela y ser un profesional. Puedes darte las oportunidades. Claro no hay—no hay como aquí que—puedes andar en el carro que tú quieres. Pero igual uno tiene que—tiene que buscar las oportunidades en los pases de uno.

AHP: So, ¿diciendo eso por qué crees que tanta gente quiere venir acá?

AGP: Quieren venir acá, me imagino que es por—porque creen que pueden vivir del sistema. Yo llevo acá tantos años, yo no he ido a pedir—o nunca he pedido nada al gobierno, siempre lo —he, he trabajado. Siempre he estado viviendo de lo que yo gano. Pero, pero sí—veo gente que—que viven de sección 8 y no trabajan ni—y yo creo que eso es realmente lo malo del sistema. Que cuando tu aplicas para un seguro, aunque pagas taxes y hagas todo lo que hagas y nunca le has pedido nada al gobierno—te lo niegan, entonces eso es realmente algo que está mal del sistema.

AHP: ¿Cuáles han sido tus influencias más grandes quizás? [Inaudible] En cualquier aspecto. Quizás cocinando, como alguien te ha ayudado en la cocina—o en tu vida, de cada día.

AGP: Bueno, no sé si ha sido influencia, pero—siempre trato de darle buen ejemplo a mis hijos. Yo no—como humano uno tiene defectos pero siempre he tratado de ser un buen padre. En mi—en mis pocas experiencias que he tenido como padre, porque nadie nace, no hay un libro que le enseñe a uno ser padre. Pero siempre he tratado—lo mejor de mí.

AHP: ¿Te gustaría ya decir otra cosa o...?

AGP: No. No, yo creo que ya está bien.

AHP: ¿Ya? Bueno, muchísimas gracias.

--------------------------------------------END OF INTERVIEW--------------------------------------------

Reviewed by Carolina Montes
Reviewed by Antonio G. Pelaez 8/30/2021